
La “One Big Beautiful Bill” de Trump: Un impuesto del 1% a remesas y un 30% a automotrices amenazan a México
Un análisis de Grupo Consultor EFE™ advierte sobre los impactos económicos de la nueva agenda fiscal y comercial de Washington, que podría afectar remesas, sectores clave como el automotriz y el agroalimentario, y modificar las cadenas de suministro.

Las recientes reformas impulsadas por el presidente Donald Trump, conocidas por su equipo como el “One Big Beautiful Bill”, buscan robustecer las finanzas públicas de Estados Unidos a través de medidas fiscales y de seguridad nacional. Sin embargo, sus efectos proyectan un riesgo directo para sectores cruciales de la economía mexicana, como el automotriz, agroalimentario y siderúrgico, según advierte Francisco Arballo, socio de Grupo Consultor EFE™ y especialista en Precios de Transferencia.
A estas preocupaciones se suma la propuesta de un controversial impuesto del 1% a las remesas, un flujo vital que representa cerca de 60 mil millones de dólares anuales para México.
Remesas: Un golpe directo al consumo popular
La propuesta de gravar con un 1% las remesas enviadas desde Estados Unidos a México posee una “fuerte carga simbólica y económica”. Las remesas son un pilar financiero para millones de hogares en el país, y una reducción en su poder adquisitivo podría “desencadenar una caída en el consumo interno”, particularmente en zonas rurales o marginadas.
Arballo explica que este gravamen es “doblemente sensible” para México, ya que las remesas suelen destinarse al consumo básico en comunidades de ingreso medio o bajo. Reducir este flujo significa “menos dinero en los bolsillos de miles de familias y menos dinamismo en el comercio local”. Si se considera una depreciación adicional del peso frente al dólar, el impacto podría amplificarse, afectando directamente el poder de compra de las familias mexicanas.
Aranceles y disputas comerciales reactivadas
Otro de los puntos críticos de la reforma de Trump es la reinstalación de aranceles a productos mexicanos. Un caso reciente es el arancel del 17% al tomate fresco, que pone fin a un acuerdo de suspensión vigente por casi tres décadas. Arballo advierte que esta decisión puede tener “consecuencias en cascada”, desde el encarecimiento de productos derivados como salsas hasta la pérdida de competitividad de México frente a otros países exportadores. Esto representa un “golpe directo al sector agrícola”, así como al consumidor final, quien verá un aumento en el precio.
Además, se prevé un incremento del arancel del 25% al 50% para el acero y el aluminio, lo que impactaría tanto a los exportadores mexicanos como a las industrias manufactureras que dependen de estas materias primas.
El mayor riesgo: El sector automotriz
El sector automotriz, columna vertebral de las exportaciones mexicanas, se perfila como uno de los más amenazados por esta reforma. Actualmente, los vehículos y autopartes que no cumplen con las reglas de origen del T-MEC ya enfrentan un arancel del 25%. Sin embargo, la Casa Blanca ha “amenazado con elevarlo hasta el 30%”. Esto obligaría a las armadoras mexicanas a revisar minuciosamente la cadena de suministro de cada componente, en coordinación con la UPAC (Unidad de Prácticas Comerciales Internacionales), para asegurar el cumplimiento de los requisitos del tratado.
“Todavía es temprano para medir con precisión los efectos de todas estas reformas, pero la calificadora Moody’s ya estima que podrían reducir en un punto porcentual el crecimiento del PIB mexicano en 2025”, alerta Arballo.
Estrategias para empresas mexicanas ante el panorama volátil
Ante este escenario, Arballo propone una serie de medidas estratégicas para que los empresarios mexicanos mitiguen los impactos:
- Revisar reglas de origen: Las empresas exportadoras bajo el T-MEC deben asegurar que sus componentes cumplen con los requisitos para evitar aranceles adicionales.
- Sustituir insumos asiáticos: Reemplazar proveedores de Asia por insumos originarios de México, Estados Unidos o Canadá puede ser clave para mantener la competitividad y el cumplimiento normativo.
- Diversificación de mercados: México cuenta con tratados comerciales con más de 40 países. Los exportadores que logren abrir mercados en Europa, Sudamérica o Asia-Pacífico podrían reducir su exposición a medidas unilaterales de EE. UU..
- Uso de recintos fiscalizados estratégicos: Establecer inventarios en zonas cercanas a la frontera, sin cruzarlos aún, permite mayor flexibilidad ante suspensiones o ajustes arancelarios.
- Reducción de costos: Optimizar procesos y logística puede ayudar a absorber parte de los nuevos aranceles sin perder participación de mercado.
Arballo advierte que el tiempo es un factor crítico, ya que los exportadores tienen poco margen de acción. Existe un plazo inmediato para llegar a un acuerdo con el gobierno de EE. UU. y evitar que el arancel general del 30% entre en vigor, lo que “está empujando a muchas empresas a adelantar envíos”, con el riesgo de saturar puertos y aduanas, y generar disrupciones logísticas. Para muchos empresarios, estas reformas representan tanto un reto económico como una oportunidad para repensar sus cadenas de suministro y fortalecer su capacidad de respuesta ante escenarios volátiles.