
La brecha salarial en 2025: ¿Avance o estancamiento?
Disparidad salarial de género en México y su comparación internacional. A pesar de los avances en materia de igualdad de género, la brecha salarial entre hombres y mujeres persiste como una problemática global. En 2025, esta disparidad continúa afectando a las economías y sociedades, limitando el desarrollo pleno de las mujeres en el ámbito laboral.

Situación actual en México
En México, la brecha salarial de género se mantiene como un desafío importante. Según datos recientes, las mujeres ganan en promedio un 15% menos que los hombres por trabajos equivalentes. Esto implica que, por cada 100 pesos que percibe un hombre, una mujer recibe aproximadamente 85 pesos.
Esta disparidad se acentúa en el sector informal, donde la brecha alcanza el 20%. La informalidad laboral es una condición que afecta a una proporción significativa de la población mexicana, y las mujeres no son la excepción. La falta de acceso a prestaciones y derechos laborales en este sector exacerba la desigualdad salarial.
Comparativa internacional
A nivel global, la brecha salarial de género es una constante, aunque su magnitud varía entre países. México ocupa el puesto 33 de 146 países evaluados en el Índice Global de Brecha de Género 2024, elaborado por el Foro Económico Mundial. Este índice mide la igualdad de género en diversos ámbitos, incluida la participación económica.
En comparación, países como Islandia, Finlandia y Noruega lideran el ranking con las brechas salariales más reducidas, gracias a políticas públicas robustas que promueven la igualdad de género. En contraste, naciones con economías similares a la mexicana presentan disparidades salariales más pronunciadas, lo que destaca la necesidad de implementar medidas efectivas para cerrar la brecha.
Avances legislativos y políticas públicas
En diciembre de 2024, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, firmó una serie de reformas legales destinadas a fortalecer los derechos de las mujeres. Entre estas modificaciones se incluyeron cambios en la Ley Federal del Trabajo para garantizar la igualdad salarial y el derecho a vivir sin violencia. Estas reformas buscan crear un entorno laboral más equitativo y seguro para las mujeres.
Además, en el Congreso de la Unión se han presentado propuestas para implementar mecanismos de transparencia salarial y sanciones a empresas que no cumplan con la igualdad de remuneración. Estas iniciativas reflejan un compromiso creciente por parte del Estado mexicano para abordar la brecha salarial de género.
Factores que contribuyen a la brecha salarial
- Segregación ocupacional: Las mujeres suelen concentrarse en sectores laborales menos remunerados, mientras que los hombres predominan en industrias con salarios más altos.
- Responsabilidades de cuidado: Las mujeres asumen una mayor carga de trabajo no remunerado, como el cuidado de hijos y familiares, lo que limita su disponibilidad para empleos de tiempo completo o posiciones de mayor responsabilidad.
Discriminación laboral: Persisten prácticas discriminatorias que afectan la contratación, promoción y remuneración de las mujeres en el ámbito laboral.
Desafíos persistentes
A pesar de los avances legislativos, la implementación efectiva de estas políticas enfrenta obstáculos:
- Cultura organizacional: Muchas empresas aún carecen de una cultura que promueva la igualdad de género, lo que dificulta la aplicación de políticas de igualdad salarial.
- Falta de transparencia: La ausencia de mecanismos claros para reportar y auditar las prácticas salariales impide identificar y corregir disparidades.
- Estereotipos de género: Las percepciones tradicionales sobre el rol de la mujer en la sociedad continúan influyendo en las decisiones de contratación y promoción.
¿Avance o estancamiento?
En 2025, la brecha salarial en México se encuentra en un punto de inflexión. Hay avances innegables en términos legislativos y de reconocimiento del problema, pero la reducción efectiva de la disparidad salarial sigue siendo un reto. Mientras las reformas legales sientan las bases para el cambio, su impacto real aún no se refleja en los salarios de las mujeres.
El avance está en la intención y en las políticas públicas; el estancamiento, en la ejecución y en la resistencia estructural del mercado laboral. Si la implementación de medidas efectivas no se acelera, México corre el riesgo de prolongar una desigualdad que frena el desarrollo económico y social del país. El desafío ahora es claro: convertir los compromisos en resultados tangibles, asegurando que la igualdad salarial deje de ser una promesa y se convierta en una realidad.