Tec de Monterrey, la mejor universidad de México; las demás, en retroceso
Una nueva evaluación global de educación superior ha puesto en evidencia una tendencia preocupante: varias universidades públicas y estatales mexicanas han descendido en los principales rankings internacionales durante los últimos seis años.
De acuerdo con la más reciente publicación del QS Latin America University Rankings 2025, sólo la UNAM y el Tecnológico de Monterrey mantienen posiciones entre las 10 mejores de la región, mientras que instituciones como la UAM, la Universidad de Guadalajara y la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla retrocedieron más de 30 posiciones desde 2019.
Para obtener los resultados, analizaron su reputación académica, reputación como empleador, proporción de estudiantes con respecto a profesores, personal docente con doctorado, artículos de investigación, impacto en la red, entre otros.
El Tec se colocó en el primer lugar entre las universidades nacionales con una calificación de 95.5, superando al 90.2 de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Con una calificación de 71.6 se colocó el Instituto Politécnico Nacional (IPN) en tercer lugar.
El fenómeno no es aislado. Según datos del Times Higher Education Latin America Rankings, México cuenta hoy con 17 universidades clasificadas, cinco menos que hace una década. El informe atribuye esta caída a falta de inversión en investigación, rezago tecnológico y pérdida de competitividad docente.
La política y el presupuesto, factores determinantes
Durante los últimos años, la educación superior ha enfrentado un contexto de presupuestos limitados, reformas administrativas y una creciente politización de las universidades públicas. El financiamiento federal apenas ha crecido a la par de la inflación, y muchos gobiernos estatales reportan retrasos en las transferencias de subsidios, lo que afecta la contratación de profesores, la renovación de laboratorios y los programas de internacionalización.
«El problema no es solo de dinero, sino de visión», comenta la especialista en políticas educativas Laura Iturbide. «Las universidades se han quedado atrapadas entre la burocracia y el discurso ideológico, perdiendo la conexión con los desafíos del siglo XXI.»
El contraste con instituciones privadas es evidente, ya que universidades como el ITAM, la Iberoamericana y el Tecnológico de Monterrey han incrementado su vinculación con empresas tecnológicas y financieras, generando programas de doble titulación, formación digital y competencias globales.
El riesgo de una generación rezagada
La pérdida de competitividad académica tiene consecuencias tangibles. Cada año, miles de jóvenes optan por universidades en el extranjero o por programas online internacionales ante la falta de oferta actualizada en México. El país, que alguna vez fue referencia regional en investigación social y tecnológica, enfrenta el riesgo de una fuga de talento silenciosa.
Aun así, especialistas coinciden en que la educación pública mexicana puede recuperarse con una visión renovada: autonomía institucional, incentivos a la investigación y colaboración público-privada.
«No se trata de privatizar la educación, sino de profesionalizarla», concluye Iturbide. «México necesita universidades libres de presiones políticas y con un propósito claro: formar ciudadanos capaces de transformar su entorno.»