
Emmanuel Loo: Visión, industria e innovación desde Nuevo León
En la planta más estratégica del país, donde la industria conversa con la tecnología y las ideas se transforman en proyectos tangibles, Emmanuel Loo se mueve con convicción. Como Subsecretario de Inversión e Innovación de Nuevo León, no solo lidera uno de los polos económicos más potentes de América Latina, sino que también diseña una estrategia que conjuga capital, conocimiento y compromiso ambiental.

La visión que Loo proyecta para el estado va más allá de atraer empresas. “No nos interesa que lleguen —dice—, nos interesa que se queden, que se integren, que compren local y que desarrollen cadenas de valor con contenido hecho en Nuevo León.” Esa consigna no es una declaración simbólica. Los números la respaldan: más de 75 mil millones de dólares en inversión extranjera directa y 381 proyectos en apenas tres años y medio. Todo en sectores estratégicos que van desde la automotriz y la maquinaria pesada, hasta la tecnología, el software, la logística y los alimentos.
Nuevo León ha apostado por convertirse en el puente más sólido entre México y el mundo, y esa conexión se fortalece gracias a su posición geográfica privilegiada, al desarrollo del Puente Colombia —uno de los cruces fronterizos más eficientes del país—, y a la calidad de su capital humano. “Tenemos el mejor modelo de educación dual del país”, afirma Loo. “Más de 15,000 estudiantes al año se preparan directamente con la industria. Eso nos permite formar talento altamente especializado desde la raíz”.
Pero lo más notable no está solo en las cifras, sino en cómo ese crecimiento económico se acompaña de un modelo sostenible y profundamente estratégico. A través de una coordinación con parques industriales y empresas privadas, la Subsecretaría ha desarrollado un plan para instalar subestaciones eléctricas que aseguren el suministro para los próximos años. Actualmente, Nuevo León cuenta con 14 mil megawatts de energía disponible, una ventaja competitiva frente a otros estados del país que enfrentan cuellos de botella en infraestructura energética.
“Somos el estado que más energía tiene y el que más energía tendrá”, dice Loo con seguridad. Y añade que esa ventaja es lo que les permitirá seguir creciendo, particularmente en sectores de alta demanda tecnológica, como los data centers o los proyectos basados en inteligencia artificial. “Queremos que las startups globales lancen sus operaciones desde aquí para toda Latinoamérica”, explica.
Ese ecosistema de innovación no es casualidad: siete de las diez empresas tecnológicas más grandes del mundo ya tienen operaciones en Nuevo León, y desde ahí, junto con empresas locales como Neoris o Softtek, se están creando soluciones digitales a medida, que luego son fondeadas por fondos de inversión atraídos por la estrategia del estado.
La conversación con Emmanuel Loo no está cargada de retórica política, sino de resultados y visión técnica. Cuando habla de innovación, no lo hace desde una torre de cristal, sino desde el entendimiento de cómo funcionan las industrias, qué necesitan y cómo conectar a todos los actores para acelerar el desarrollo: gobierno, academia, empresa y ciudadanía.
¿Qué sigue? Loo lo resume con claridad: “Seremos el motor industrial del país, sí, pero también queremos ser el epicentro de innovación de México y Latinoamérica. Con empleos de calidad, tecnología avanzada y transferencia de conocimiento real”.
Emmanuel Loo lidera desde la convicción de que la transformación económica no debe ser una promesa, sino una política pública basada en datos, resultados y una idea simple pero poderosa: cuando se construye comunidad, cuando se conectan las personas y los sectores con propósito, el crecimiento deja de ser coyuntural para convertirse en estructural.