El Salvador aprobó una reforma constitucional que permite la reelección presidencial indefinida
El Congreso salvadoreño aprobó una reforma constitucional que permite al presidente la reelección sin límites y amplía su periodo de cinco a seis años, eliminando la segunda vuelta electoral.
La Asamblea Legislativa de El Salvador ha aprobado una reforma constitucional histórica que permitirá la reelección indefinida del presidente de la República y extenderá su mandato de cinco a seis años. La medida, impulsada por el partido oficialista Nuevas Ideas, del presidente Nayib Bukele, y sus aliados, obtuvo el respaldo de 57 de los 60 diputados del Parlamento unicameral.
El paquete de cambios incluye reformas a los artículos 75, 80, 133, 152 y 154 de la Constitución. Uno de los puntos más relevantes es la eliminación de la restricción que impedía la reelección inmediata del jefe de Estado. Además, la reforma suprime la obligación de realizar una segunda vuelta electoral en caso de que ningún candidato presidencial obtenga la mayoría absoluta.
La diputada oficialista Ana Figueroa justificó la reforma argumentando que “históricamente la reelección siempre ha existido en El Salvador para casi todos los cargos de elección popular sin prohibiciones”, y que el objetivo es “darle el poder total al pueblo salvadoreño”.
Contexto político y reacciones de la oposición
La aprobación de esta reforma ocurre en un contexto de amplia mayoría parlamentaria del bloque oficialista, donde solo seis diputados no son afines al presidente. Los partidos de oposición Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) y Vamos rechazaron la iniciativa, calificándola de “inconstitucional y antidemocrática”.
La diputada Marcela Villatoro (ARENA) expresó su profundo rechazo, afirmando que “hoy ha muerto la democracia en El Salvador”. Acusó al oficialismo de concentrar el poder político en la figura presidencial, declarando que “se quitaron las máscaras”.
En términos políticos, esta reforma abre la posibilidad de que Nayib Bukele pueda aspirar a un nuevo mandato en las elecciones previstas para 2027, aunque su actual periodo concluye en 2029. La modificación podría consolidar el calendario electoral, haciendo coincidir los comicios presidenciales con las elecciones legislativas y municipales.
Para que la reforma entre en vigor, aún requiere una segunda aprobación en una legislatura posterior, según el procedimiento constitucional salvadoreño. Se espera que la actual Asamblea, dominada por Nuevas Ideas, ratifique el texto sin modificaciones en los próximos meses.
Concentración de poder y advertencias internacionales
El mismo día de la aprobación, el Congreso también se preparaba para debatir una nueva prórroga del régimen de excepción, vigente desde marzo de 2022 para combatir pandillas, y que sería la prórroga número 41.
En intervenciones públicas recientes, Bukele ha defendido sus medidas, desestimando los señalamientos sobre el debilitamiento institucional. “Me tiene sin cuidado que me llamen dictador”, declaró a inicios de junio, sosteniendo que conceptos como “democracia, institucionalidad, transparencia, derechos humanos, Estado de derecho, suenan bien (…) pero son términos que solo se usan para tenernos sometidos”.
Organizaciones de derechos humanos y observadores internacionales han advertido sobre los riesgos de concentración de poder. Desde 2019, el presidente Bukele ha impulsado una serie de reformas judiciales, electorales y constitucionales que han modificado el equilibrio institucional. En 2021, la Sala de lo Constitucional, reorganizada por una mayoría afín a Bukele, ya había emitido una resolución que abría la puerta a la reelección presidencial inmediata. La reforma aprobada este jueves institucionaliza formalmente esa posibilidad y extiende la duración del cargo presidencial, consolidando un cambio profundo en la estructura política del país.