Tecnología e Innovación

México, sin dominio tecnológico: Solo el 6% de las patentes son de origen nacional

México, sin dominio tecnológico: Solo el 6% de las patentes son de origen nacional

A pesar de ser la decimosegunda economía del mundo, México ocupa la posición 58 en innovación global, enfrentando una “brecha insumo-producto” que le impide transformar su inversión en ciencia en resultados tangibles como patentes y tecnología propia.

México se posiciona como un gigante manufacturero y exportador, siendo la duodécima economía más grande del mundo y el decimoquinto mayor exportador. Sin embargo, su desempeño en innovación es limitado. Según el Global Innovation Index 2025 de la OMPI, el país ocupa la posición 58 de 138 a nivel mundial, situándose detrás de Chile (51) y Brasil (52).

El principal desafío de México es cerrar su “brecha insumo-producto”: la dificultad de transformar sus inversiones en ciencia y tecnología en resultados concretos, como patentes y soluciones tecnológicas derivadas de la investigación.

La dependencia extranjera en propiedad intelectual

Un claro indicador de la falta de dominio tecnológico es la dependencia en la Propiedad Intelectual (PI). En 2024, el IMPI recibió 16,189 solicitudes de patentes. Sin embargo, solo el 6.38% provino de mexicanos, mientras que el 93.62% correspondió a extranjeros. De las 10,897 patentes otorgadas ese año, únicamente 694 (6.3%) fueron para nacionales.

Esta situación se ve agravada por una limitada base de talento dedicado a la investigación: México ocupa el puesto 78 de 130 naciones en número de investigadores por cada 100,000 habitantes, con solo 29.2, una cifra que contrasta con los 441.24 de Estados Unidos o los 753.65 de Suecia.

Puntos clave para impulsar el dominio tecnológico

Para que el país pueda transformar su dependencia en autonomía progresiva e impulsar el establecimiento de un dominio tecnológico en el sector industrial, Juan Alberto González Piñón, director corporativo de Innovación y Transferencia de la Universidad Panamericana, subraya la necesidad de una política de propiedad intelectual organizada y efectiva que atienda cuatro pilares:

  1. Legislación Fuerte y Actualizada: Adaptarse a los cambios internacionales y facilitar la protección de invenciones y su aplicación industrial.
  2. Oficina de Propiedad Intelectual Activa (IMPI): Desarrollar programas de apoyo a pymes, fomentar la formación de inventores y facilitar la transferencia de tecnología para democratizar el uso de patentes.
  3. Promoción de la Invención: Establecer incentivos directos a investigadores y fomentar la cultura de innovación en empresas y universidades, cerrando la brecha entre la investigación, el sector productivo y el financiamiento.
  4. Capacidad Endógena de Absorción Tecnológica: Consolidar el ecosistema de emprendimiento e innovación regional, aprovechando su base manufacturera (automotriz, aeroespacial, dispositivos médicos) y el nearshoring.

El progreso: Más allá de la acumulación

El dominio tecnológico va más allá de un sistema cultural o simbólico donde pesan la moda o el prestigio. Requiere que el progreso se centre en estructuras donde las funciones convergen y se integran en una unidad coherente.

Desde el ámbito universitario, es necesario un nuevo paradigma en el que los activos intangibles de propiedad intelectual se comprendan como unidades mínimas de sentido tecnológico que solo adquieren valor al combinarse en sistemas más amplios para la evolución estructural de los procesos industriales.

El reto final es transformar la dependencia de México en autonomía progresiva. Esto solo se logrará a través del diseño de estrategias nacionales de Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI) sostenidas, convirtiendo el progreso tecnológico en un motor real de crecimiento inclusivo y sostenible.

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Editorial RGB 360

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